Abordaje Microcirculación

Nuestro organismo posee en torno a 100 billones de células.

Para garantizar el metabolismo celular, los vasos sanguíneos forman una red tubular, el sistema circulatorio, que primero lleva la sangre desde el corazón hacia todas las células vivas del organismo, y luego la recupera. La sangre sale del corazón a través de vasos cuyo diámetro se va haciendo progresivamente menor (arterias, arteriolas y capilares), y vuelve al corazón por vasos de diámetro progresivamente mayor (capilares, vénulas y venas) (Fox, 2014).      

Los capilares son vasos microscópicos que unen el flujo arterial al flujo venoso, y es donde “culmina” la función del sistema circulatorio: el intercambio de gases y nutrientes entre la sangre y las células de los tejidos, a través del espacio intersticial o matriz extracelular. Venas y arterias poseen una estructura básica idéntica, con diferencias en cuanto a las proporciones de tejidos epitelial, elástico y muscular liso (Fox, 2014). 

La Arteria aorta sale del corazón y se subdivide en otras arterias de gran calibre, que formarán a su vez ramas arteriales principales, que se dividirán en ramas terminales que finalmente se dividirán en arteriolas. A medida que avanza el recorrido arterial, va disminuyendo su calibre y aumentando proporcionalmente su capacidad elástica y muscular. Por ejemplo, una arteria muscular de pequeño calibre (hasta 100 micromilímetros -µm-) se ramificará formando arteriolas (20-30 µm) (Fox, 2014).

En la mayoría de los casos la sangre que llega a los Capilares (7/10 µm) procede de las arteriolas. Para facilitar el intercambio de gases y nutrientes, los capilares no disponen de músculo liso ni de tejido conjuntivo. El flujo de sangre que llega a los capilares depende: 1) del grado de resistencia de las pequeñas arterias (vasodilatación o vasoconstricción); y, 2) del número de arteriolas que llegan. Por ejemplo, el incremento de resistencia en una arteria muscular puede reducir el flujo sanguíneo capilar en un 90-95% (Fox, 2014).

Las Venas contienen la mayor parte del volumen sanguíneo total (llamados vasos de reserva, frente a las arterias llamadas vasos de resistencia). Contienen válvulas que aseguran el flujo unidireccional hacia el corazón y la contracción del músculo esquelético actúa de bomba impulsora (Fox, 2014).

En resumen, las arterias representan un 11,5% del tejido vascular, las venas un 14,5% y la Microcirculación (arteriolas, capilares y vénulas) un 74% (Bemer, 2017).

Terapia vascular física

Estos porcentajes revelan la importancia funcional de la microcirculación en el sistema circulatorio y el metabolismo celular, tanto en el mantenimiento de la salud como en su recuperación.

Terapia vascular física
Terapia vascular física

Facilitar la Microcirculación significará entonces mejorar el metabolismo celular, facilitar funcionalmente los tejidos (epitelial, conjuntivo, adiposo, cartilaginoso, óseo, hematopoyético, muscular y nervioso), facilitar la función de los órganos (hígado, riñón, corazón, pulmón, cerebro, ojos, etc.) y facilitar la función de los sistemas del organismo (respiratorio, circulatorio, cardiovascular, linfático, endocrino, genital, digestivo, sensorial, muscular, articular, inmune, excretor, nervioso, etc.).     

El Instituto de Microcirculación de Berlín, desarrolló desde 1991 trabajos de investigación dirigidos por el Dr. Klopp, que han permitido avanzar en el conocimiento de la Microcirculación revelando que:

  • La sangre en los vasos fluye de manera intermitente y su calibre se modifica por la contracción y relajación de su musculatura lisa; es el mecanismo de la vasomoción;
  • La vasomoción en los vasos de mayor calibre tiene un ritmo menor que en los vasos de menor calibre;
  • La vasomoción en los vasos más pequeños no depende de los latidos del corazón, y en las personas sanas se producen hasta 3 oscilaciones por minuto;
  • En procesos de enfermedad y/o en personas de mayor edad, la vasomoción alterada puede restringirse a 1 oscilación cada 10 minutos;
  • Una frecuencia alterada de la vasomoción es insuficiente para el metabolismo celular de tejidos, órganos, sistemas, y funciones;
  • La falta de vasomoción ha intentado resolverse con farmacología, pero con pocos resultados y muchos efectos secundarios (San Martín, 2015).   

Los trabajos de investigación permitieron al Dr. Klopp comprobar bajo el microscopio, que el dispositivo de Terapia Física Vascular BEMER® mejora la vasomoción, el flujo y distribución de la sangre en arteriolas, capilares, y vénulas. Los beneficios se han demostrado microscópicamente, mejorando muy significativamente tras un uso periódico:

  • la vasomoción;
  • la distribución de sangre por red capilar;
  • la oxigenación de los tejidos; y,
  • el retorno venoso.
Terapia vascular física
Terapia vascular física
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Cúrate en Salud utiliza clínicamente el dispositivo de Terapia Vascular Física BEMER® desde 2015, y los pacientes lo utilizan igualmente en su domicilio:

  • Localmente en las estructuras a tratar (hombro, brazo, rodilla, etc.), pero a diferencia de la mayoría de las señales de electroterapia hoy existentes, se aplica además mediante una colchoneta sobre la que el paciente se tumba sin ni si quiera desvestirse, actuando en unos minutos la señal en todo el organismo globalmente y en todas las estructuras, desde las internas cerebrales hasta los tejidos del pie;
  • La terapia mejora la microcirculación y aumenta casi un 30% la disponibilidad de oxígeno en los tejidos; es un estímulo importantísimo a nivel celular para optimizar la recuperación funcional de los tejidos en los procesos de mejora y curación, limitados muchas veces al encontrarse en la fase asténica (de agotamiento) de la patología tras el fracaso energético fisiológico de la fase esténica (reactiva).              
Terapia vascular física
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Distribuidores oficiales de BEMER® para España desde 2015.

Terapia vascular física
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Vídeos informativos sobre la Terapia Física Vascular y el dispositivo BEMER®:

1.- BEMER-Group /BEMER effect demonstration (inglés, 2m 36s): https://youtu.be/4MAXLJ3em3U

2.- La Doctora González explica en TV la terapia y muestra su funcionamiento. Testimonio de paciente diagnosticado de Esclerosis: https://youtu.be/JaiyaydNhtw

Terapia vascular física
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Comprendida la importancia de la Microcirculación, puede fácilmente inferirse los problemas que pueden causar su bloqueo o limitación, entre otros: acumulación de desechos y toxinas tanto en la matriz extracelular como en el interior celular, pérdida de energía, menor formación de proteínas, etc., y, en consecuencia, disfunciones de todo tipo que en el tiempo podrán desencadenar procesos patológicos y degenerativos (San Martín, 2015).

Una estimulación efectiva de la microcirculación supone una ayuda para los mecanismos de regulación más importantes del cuerpo humano en lo relativo a la prevención y procesos de curación, recuperación y regeneración, y se aplica de manera complementaria a los tratamientos e indicaciones tradicionales (Bemer International AG, 2020).

Un mejor flujo de la microcirculación conseguirá un mejor funcionamiento de los mecanismos naturales de regulación, fortalecimiento del sistema inmunitario, producción de los radicales libres propios del cuerpo e influencia en la síntesis de proteínas (Bemer International AG, 2020).

Terapia vascular física
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Como señalaba el Doctor Raplh Burger en 2016: Todos los procesos metabólicos del organismo humano requieren el buen funcionamiento de la microcirculación. Si esta está perturbada, se producen trastornos circulatorios. El deterioro de la función de la microcirculación acompaña por ello a un gran número de enfermedades (por ejemplo, diabetes Tipo 2, enfermedades cardiovasculares…). 

La Terapia Físico Vascular BEMER está indicada para la prevención primaria y secundaria o como terapia complementaria de enfermedades resultantes de una microcirculación perturbada a causa de una vasomoción limitada. Una tecnología tiene valor si alcanza resultados médicos relevantes. En la Terapia Físico Vascular BEMER  las múltiples observaciones, exámenes y estudios realizados a lo largo de los últimos 15 años con miles de pacientes, descritas en la última evaluación clínica del año 2014, demuestran numerosas áreas en las cuales la terapia BEMER es relevante para su aplicación en la medicina cotidiana.

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